Señora JUSTINE KLOTZ

Una flor en el jardín del Señor

Pequeñas señales en la vida de Justine Klotz (1888-1984)

El padre Hubert dice …

Soy Hubert Hintermaier, nacido en 1945, de la Diócesis de Ratisbona y tenía una vocación tardía, fui ordenado sacerdote en 1977.

Para mí es muy importante poder servir a la Iglesia y poder expresar mi gran consideración. por la mística alemana Justine Klotz, por su vida llena de sufrimiento y expiación, por los escritos que Justine nos dejó y por la “Alianza de Donación” que el Señor nos pide que formemos.

¿Quién era Justine Klotz?

Justine Klotz nació el 25 de febrero de 1888 de una familia de campesinos de Baviera, alegrada por muchos hijos. Desde pequeña fue educada por sus padres  a reconocer sobre todo a Dios, en cada acontecimiento, poniendo todo en Sus manos y agradeciendo por todas las cosas recibidas.

Narrar su vida implicaría un trabajo inmenso, no sólo por hacer referencia a sus extraordinarias experiencias místicas, sino también por exponer aquellas que fueron las “normales” vicisitudes de la vida, y su vida fue casi centenaria: murió el 6 de junio de 1984 en un hospicio. Ella recibió mensajes hasta el final de sus días.

La suya fue ciertamente una vida llena de Gracia, consagrada totalmente a la Santa Voluntad de Dios.

Ya en sus años de juventud la plegaria continua era su deseo más vivo: vivir siempre ante la presencia del Señor. Ella narraba que no podía pasar delante  de una cruz (y había muchísimas en Baviera, en las casas y por el campo), sin dirigir a Dios una plegaria. Así decía su plegaria: “Te agradecemos, o Señor Jesucristo, porque moriste por nosotros. No permitas que Tu Sangre y Tus Penas hayan sido derramadas por nosotros inútilmente”.

Cuando terminó la escuela entró en una orden religiosa, donde se quedó por ocho años trabajando con los niños. Pero era débil de salud, tanto que no se le permitió tomar los votos y tuvo que irse del instituto donde se encontraba y dejar la Orden. Grande e inolvidable fue el dolor que siguió a este abandono y la acompañó por el resto de su vida: su deseo más grande era poder servir a Dios en el más completo anonimato.

El encargo dado a Justine Klotz

Con el tiempo fue claro que Dios, Padre Misericordioso, había acogido las plegarias de Justine y que la había llamado para darle un encargo diverso, aquél que es dado a las personas que desean amar a Dios totalmente: Justine había sido elegida para llevar la cruz, por todo el resto de su vida. Esta es una cosa muy difícil de comprender y de aceptar en los tiempos modernos en que vivimos. Ciertamente también por esta razón su vida será escrita, esperamos en un futuro próximo.

Aquí queremos sólo limitarnos a exponer a grandes líneas sus experiencias místicas.

Los sacrificios

Ella vivía una vida llena de sacrificios en el escondimiento, en la humildad  y en la plegaria. Su vida privada no era sin espinas y muchas veces fue puesta a prueba a tal punto que le parecía imposible poder afrontar todavía las dificultades que se le presentaban diariamente.

Después de aquel acontecimiento a los pies del crucifijo, ella por toda su vida, continuó a escuchar una voz en el corazón que le hablaba y le transmitía constantemente mensajes.

Todo esto duró por más de 60 años hasta su muerte.

¿Una burla del maligno?

En los primeros años quiso mantener el secreto al respecto, llegando a creer a veces que se tratase solamente de una burla del demonio. Ella se consideraba la persona más indigna del mundo. Pero Jesús la había elegido y la tranquilizaba repitiéndole: “Hija, si hubiera encontrado una criatura menos digna de ti, hubiera elegido a ella… Por medio de ti quiero coronar Mi Misericordia”.

Poco a poco Justine se convenció de la verdadera naturaleza de sus experiencias y se predispuso a enfrentar aquella que no sería ya más una vida “normal”, buscando todavía más ayuda en la plegaria y en los sacramentos.

La guía del padre confesor

Haciendo referencia a los mensajes que le fueron transmitidos, a un cierto punto, hubo algunos que la invitaron a  informar de cada cosa a su Padre confesor y a referirle los mensajes recibidos. Pues antes, por mucho tiempo, Justine no se había animado a confiárselos a nadie, por miedo de oír la risa de la gente a sus espaldas  o de ser tratada por loca.

Tantas veces anotaba lo que la voz interior le decía, pero después rompía los papeles que había escrito, creyendo de haber estado burlada del maligno.

Sucesivamente, y por  un largo período, Justine fue a habitar a Mónaco y allí pudo encontrar un Padre confesor – un Jesuita que en aquel momento era muy conocido y verdaderamente iluminado – que la comprendió y le dio el encargo de escribir todo aquello que ella sentía en su corazón y de entregárselo. Así Justine comenzó a anotar regularmente, escribiendo con gran cuidado aquellas comunicaciones celestiales llenas de tanto Amor y de altísima teología.

Los temas de los mensajes

 

Ella podía distinguir claramente quién le hablaba: Jesús, María, un ángel, un santo o un beato.

Todo aquello que ella sintió, o vio, durante varias décadas, fue transcripto y custodiado escrupulosamente. Enseguida, ella pudo informar también a otras personas de confianza, siempre actuando con obediencia a su confesor,  en modo particular a los sacerdotes. Le fue muy claro que los mensajes hacían referencia a ellos. Los temas de los mensajes son muchísimos. Hacen hincapié sobre todo a las invitaciones de Jesús a descubrir los Sacramentos (en modo particular el de la Penitencia y el de la Eucaristía) y, a través de ellos, el Amor y la Potencia de Dios que con su Gracia transforma, cura y santifica al hombre.

Tan conmovedoras son las palabras del Redentor sobre la grandiosidad de la Santa Misa y del Sacerdocio. Jesús habla muchas veces de Sus sufrimientos y de los de María, su Madre. Él explica el valor del sacrificio, de la expiación  y del sufrimiento humano. Tantas  veces se ha detenido a hablar de la vida de la Santísima Virgen María y de su cooperación en la Redención.

Algunas veces ha relatado también la vida de San José. Otras veces se ha detenido a hablar de los Ángeles y de su operado por la salvación de las almas.

Fueron millones y millones los mensajes, todos muy conmovedores, con variedad de expresiones y profundidad . Son inalcanzables e inimaginables para la mente y para el corazón de un mortal, tanto menos para una persona de cultura limitada como Justine.

Los temas fundamentales de todos los escritos son el Amor y la Misericordia de Dios. Cada uno, leyéndolos, recibe consolación y fuerza, se siente hijo pródigo, acogido por el abrazo amoroso del Padre.

Jesús en un mensaje dice: “El prestarme atención es amor, la vía de los pequeños… Debes ser tan pequeña y donarme siempre tu amor. Recibe una fuerza tal que no se debilitará  más”.

Los mensajes: como la Palabra viva

 

Estos escritos son por lo tanto como la Palabra viva que guía y calienta, que provoca conversión, plegaria, purificación, donación. Por esto me siento de afirmar que sobre todo, por la verdad que estos contienen, no dejan dudas de su origen celeste.

Justine tuvo muchos mensajes personales, para sí misma. Por ejemplo: muchas veces le fue explicado el valor de la obediencia en el escribir lo que escuchaba de día y de noche, entre tantos sacrificios y sufrimientos.

Es necesario pensar que la mística, en su vejez, veía  de un ojo solo y sólo a través de lentes gruesas. Sin embargo escribió todo, también en las horas nocturnas, casi en la oscuridad. Pero no bastaba: apenas tenía la posibilidad  volvía a escribir todo, con una escritura más prolija, en más copias para poderlas enviar a los sacerdotes que conocía.

Sus manuscritos están  escritos en un alemán de la época y contienen algunas expresiones hoy en desuso, pero ricas de esfumaturas ligadas a las tradiciones y valores perdidos u olvidados.

Por esta razón se recomienda de difundir estos mensajes sin cambiar ninguna palabra. Todo tiene un sentido profundo. También la traducción en español repropone los modos de decir las cosas de entonces: simple, delicado, vigoroso.

La intercesión

Las experiencias de Justine no eran sólo limitadas a estas locuciones interiores: Dios la guiaba en la investigación a fondo aunque por medio del sufrimiento, la expiación por Su Sacerdocio, por los pecadores y por las almas de los difuntos.

Ella fue burlada muchas veces por el demonio,  que la molestaba continuamente. La rabia del maligno era tan  grande porque ella continuaba a arrancarle muchas almas. Al diablo no le estaba permitido leer cuando ella escribía y esto lo empujaba a injuriarla y a molestarla en todas las maneras posibles, y ella escribió todo, también las injurias, obedeciendo a su confesor.

Para terminar, el Redentor permitió que ella viviese con su alma, la completa perdición del infierno (aquello que tuvieron que vivir muchos Santos).

Ella ofrecía todo por las almas más olvidadas y perdidas, por las cuales nadie rezaba. Éste era su encargo particular. Muchas veces el Redentor la consolaba diciéndole:

“A través de ti quiero coronar Mi Misericordia…

¡Mientras que Mi Sangre corra todavía (en la Santa Misa), ningún alma se perderá!” Y además “Antes de Mi juicio viene Mi Misericordia”.

La visita de las almas santas

De día y de noche era visitada por las almas del purgatorio. Algunas pedían sólo y muy humildemente agua bendita, una señal de la cruz, un Padre Nuestro u otro tipo de plegaria. Muchas almas se le pudieron manifestar narrando la propia vida, sus propios errores. Entre las almas que se manifestaron por gracia de Dios había algunas que en la tierra habían tenido gran poder y honores, tanto de ser recordadas con monumentos. No faltaron las almas de sacerdotes, monjas, príncipes de la Iglesia y otras autoridades que le confiaron de haber cometido graves errores en el curso de sus vidas y que por eso estaban en el purgatorio desde hacía muchos decenios. Finalmente les estaba permitido de pedir humildemente una oración, una Santa Misa. Y el maligno estaba siempre en los alrededores durante estos encuentros. Delante de él, ellas se agitaban y temblaban porque tenía gran poder sobre ellas. En períodos sucesivos fue visitada por numerosas almas liberadas y revestidas del esplendor celeste. Ellas venían para agradecerle por la ayuda recibida y le prometían ayuda y asistencia en la hora de su muerte. Solamente para referir sus experiencias con las almas del purgatorio se necesitarían varios volúmenes. Nos detendremos de todos modos en las recopilaciones sucesivas,  sobre algunos coloquios significativos entre Justine y las almas de algunos sacerdotes.

Referencias a la actualidad

Algunas veces los mensajes se referían también a las personas vivientes o a acontecimientos actuales. Por ejemplo: cuando el Prof. Ratzinger fue consagrado Obispo ella vio claramente al Espíritu Santo descender sobre él y escuchó estas palabras: “Será una gran ayuda para  el Santo Padre”. El Papa  en ese momento era Paulo VI y nadie podía prever alguna cosa. Hoy esto nos es más claro.

Cuando fue elegido papa Juan Pablo II ella escuchó las siguientes palabras: “Será un gran misionero”. Y se podrían narrar muchos más ejemplos.

 

La bendición de los objetos sagrados

Pero aquí, recordamos una costumbre profundamente arraigada en Justin, de gran importancia: la bendición de los objetos bendecidos por el sacerdote para pedirle a Dios que otorgue sus bendiciones y sus protecciones a las personas y las cosas.
Para testificar cómo la bendición del Señor es efectiva y tangible, nos referimos a un episodio.

El cardenal J. Döpfner (de Munich) había muerto recientemente y un pintor, que había hecho su retrato, lo había traído.
Ella dijo que después de la bendición, el retrato de este gran príncipe de la Iglesia parecía brillar majestuosamente y claramente escuchó estas palabras: “Este soy yo después de la bendición del retrato”.
Le recordamos que el cardenal Döpfner conoció a la señora Klotz y que, después de su muerte, podría manifestarse ante ella muchas veces.

El aborto

Algunas veces los mensajes se referían a problemas actuales de la vida religiosa y de la Iglesia sobre las cuales Jesús y María intervinieron repetidamente.

Así, uno tras otro, el aborto ha estado indicado como el más grande delito de nuestro tiempo, por el cual la humanidad tendrá que expiar mucho. A cerca de los cambios que ha habido en la Iglesia, Jesús dice: “Me dejaron de lado y han dado vía libre al diablo”.

 

El poder de la plegaria

En concordancia con las numerosas apariciones de la Virgen – ver Lourdes, Fátima, Medjugorje – venían pedidas plegarias y penitencia para alejar los castigos. El redentor le dijo también: “¡No los políticos tienen el poder, sino aquellos que rezan!”.

 

 La comunión en la mano

Un tema sobre el que Jesús volvía  reiteradamente era sobre la Comunión dada en la mano y los consiguientes graves sacrilegios. Jesús le dijo que por ahora ningún cambio era posible en cuanto a   que los sacerdotes y laicos rechazaban la obediencia al Santo Padre. Él dijo también: “¡Quién comprende no lo haga!” Es necesario rezar el Acto de Amor que puede hacer cesar este sacrilegio.

Conocimiento de sus dones y humildad

A pesar de que ella conducía una vida muy retirada fue inevitable que se viniera a saber de sus dones.

Muchos venían a ella para pedirle ayuda y consejo. Entre ellos había muchas veces sacerdotes.  Era sorprendente como a una pregunta particularmente significativa, venía dada una respuesta a través de su voz interior. Ella solía entonces responder: “… Propio ahora me ha estado dicho que…” y después refería la respuesta.

A través de su consejo muchos hombres dedicados a otras actividades o a otro tipo de vida, pudieron dedicarse al sacerdocio.

También aquí va absolutamente destacada su gran humildad. De vez en cuando algún visitador se permitía de evidenciar las gracias particulares de las cuales ella fue dotada ¡No se le podía dar un dolor más grande! De verdad, como hemos dicho antes,  ella  se retenía la persona más indigna del mundo. Sí, el Redentor mismo le dijo: “Hija, si hubiera encontrado alguna persona más humilde hubiera elegido a aquélla.”

Para ella era muy importante  hacer notar que Dios ha dotado de gracia a todos los hombres. Cuando alguna persona le pedía que la bendijera, ella consentía solamente a pacto que esa persona la bendijese a su vez con la Señal de la Cruz. Y entonces, no obstante la edad muy avanzada, ella se arrodillaba humildemente para recibir devotamente la bendición.

El Niño Jesús de Glonn (Baviera)

Por último deseamos recordar al Niño Jesús que Justine tenía consigo: era un Niño Jesús de cera, envuelto en pañales, como aquellos que hay de siglos en los países de Los Alpes. Lo había encontrado en una buhardilla, sucio y desgarrado. Con mucha paciencia lo había limpiado a tal punto que parecía nuevo. Mientras ella lo arreglaba la Virgen le habló mucho. El Niño Jesús fue bendecido nuevamente y fueron numerosas las gracias que concedió.

Hubert Hintermaier, Sacerdote

Lecturas y meditaciones hechas en el funeral de Justine Klotz,

en junio 1984, de su último padre confesor: Decano Josef Schneider

 

Del Apocalipsis de San Juan: “Quien tenga oídos oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias. A quien venza le daré el maná escondido. Quien venza será así vestido de blanco, y no borraré su nombre del Libro de la Vida, y confesaré su nombre en presencia del Padre Mío, en presencia de sus Ángeles.” (Ap 3, 5)

Y ahora el fragmento del Evangelio de San Juan: En aquel tiempo Jesús dijo: “Vuestro corazón no se turbe.

Creed en Dios y creed en Mí. En la casa del Padre mío hay muchas mansiones; si fuese diversamente os lo hubiera dicho, porque Yo voy a preparar un lugar para vosotros. Y cuando me habré ido y haya preparado el puesto para vosotros, volveré y los llevaré conMigo, para que donde Yo esté, estéis también vosotros. Vosotros sabéis a dónde Yo voy y conocéis el camino.”

Tomás, le dijo: ”Señor, nosotros no sabemos  a dónde Tú vas; ¿cómo podemos conocer el camino?”, Jesús le respondió: “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino a través Mío” (Gv 14,1-6).

Siguen las palabras pronunciadas por el Decano Josef  Schneider,

su párroco y guía espiritual

“Queridos Cristianos aquí reunidos para conmemorar a la difunta: En el libro del Apocalipsis – como hemos apenas sentido – Jesús nos dice también: “A quien venza le daré el maná escondido.” Por tanto, cuando nosotros sentimos hablar de un vencedor pensamos habitualmente al deporte o a grandes gestas, así como son celebradas por los periódicos y revistas…

¿Pero hay solamente vencedores en este tiempo, del deporte de la violencia, del refinamiento? Delante de Dios, que ve lo que está ocultado, otros vencedores valen más que aquellos citados: la fidelidad en el trabajo diario, el generoso empeño por las personas que nos rodean, la superación del egoísmo, el crecer con la plegaria  más allá de la limitación humana.

Una vida, por más que transcurra en modo poco llamativa, una vida por más pequeña y modesta que pueda parecer, delante de Dios vale siempre como una vida grande, de valor, cuando está donada en modo generoso a la voluntad de Dios. ¿Qué importa si la opinión pública no la ha notado? Precisamente el pequeño, el modesto, ha estado elegido por Dios, para confundir a aquél que es fuerte y respetado.

Una vida generosa, donada completamente a la voluntad de Dios es igual a un triunfo,  a una victoria, que a propósito dice Jesús en las escrituras: “Al vencedor daré el maná oculto”. Maná significa el cumplimiento de la vida en Dios.

En este sentido la Señora Klotz no ha sido una persona que ha robado la escena, sin embargo esta vida ha tenido su peso: ha estado caracterizada por un gran amor a Dios, a la Madre de Dios, pero también por las personas que sufren. Toda su existencia fue profundamente invadida por la seguridad de vivir continuamente  en la presencia de Dios.

Sí, ella estaba impregnada y penetrada a tal punto de la presencia de Dios, que le fue concedido de oír y observar advenimientos que habitualmente no son donados a las personas.

Para mí, queridos oyentes, que he podido por casi dos decenios acompañar a esta mujer como Padre confesor, creo sin lugar a dudas que Dios ha elegido a la Señora Klotz como instrumento para decirnos ciertas cosas.

Si me dais el tiempo, deseo recordar algunos pensamientos que pertenecen a los mensajes transcriptos por ella.

Siempre se encuentra el concepto de la inalcanzable grandeza del Amor de Dios por los hombres, particularmente por los hombres pecadores. Este hombre caído no puede sentirse rechazado por Dios, sino rodeado, envuelto por el Amor Misericordioso del Señor.

De aquí se puede entender la gran consideración por el Sacramento de la Penitencia, el juicio de la Gracia de Dios referente a los hombres.

La Señora Klotz fue una convencida adoradora de S. Corazón de Jesús, quiere decir: una adoradora del Amor Misericordioso de Cristo por los hombres, al cual hoy tantas personas lamentablemente no creen más.

Continuamente el Espíritu de Cristo le recordaba el alto significado del servicio sacerdotal… En un mundo casi sin Dios, al sacerdote, que por esto puede extraviarse, a este sacerdote le es legítimo saber que está siempre en el Amor de Cristo y de la Madre de Dios y de allí, sacar fuerzas y confianza para su vida y para todas sus obras. También hoy Él es enviado a las personas para mostrarles este camino que conduce a Dios y para hacerlo posible.

Un pensamiento fundamental que por toda la vida ha llenado los escritos es el continuo competir y prodigarse de Dios por los hombres, por el hombre que se encuentra a luchar con el maligno, realidad que es el acontecimiento decisivo en la historia del hombre.

Ciertamente una sociedad materialista y racionalista tiene dificultad para entender todo esto, sin embargo, observando bien notamos y debemos vivir cada día esta competición entre el bien y el mal en el corazón del hombre, que en fondo es la lucha entre Dios y Satanás.

Cuántas cosas nos ha dicho la Señora Klotz, refiriéndose a los difuntos, sobre todo a propósito de los sufrimientos de los hombres en el Purgatorio y por consiguiente de la necesidad de la oración de intersección por el sufrimiento de estas personas. Ella misma ha orado por los difuntos y ha ofrecido su cruz personal por ellos.

Mis queridos Cristianos, en los coloquios con esta mujer, lo que me ha siempre particularmente impresionado ha sido su fe viva, su confianza en la gran Misericordia de Dios, que siempre y continuamente puede dar a un hombre Esperanza y Confianza, en su previsión de que Nuestra Iglesia, hoy duramente perseguida, puede ir nuevamente a encontrar tiempos mejores. Dios, en su Bondad infinita, no abandona nunca ningún hombre porque Él no puede ser  infiel a sí mismo.

Mi querida Comunidad, quien ha conocido esta vida, quien ha leído los escritos de esta mujer, no puede decir que Dios no se haya revelado a esta mujer en un modo particular.

Yo por lo menos, después de nuestros encuentros, me alejaba de ella siempre enriquecido en la fe.

Soy también de la opinión, mis queridos cristianos que en el Funeral de hoy, los actos sobre la vida de la Señora Klotz no estén completos.

Muchos de aquellos que la han conocida comprenderán que nosotros hemos perdido una persona preciosa, y esto lo reconocemos, y, por tanto – sobre todo a usted Señor Klotz – decimos: Verdaderamente una vida preciosa nos ha dejado. Y si bien su madre, Señor Klotz, nos haya dejado en una bíblica edad, mirar a una madre en la tumba hace siempre mal, por lo que le expresamos también nuestra participación en su dolor.

Josef Schneider, Decano

Un reconocimiento eclesial de las palabras del Señor transmitidas a la Sra. Justine Klotz ha tenido lugar hasta ahora solo en tres momentos.

Primer momento

“Con el comunicado Comunicado de fecha 06/08/1976 (GV-Nr 4536/76 / 1a E. Nr. 2163) el Ordinario de la Diócesis de Munich y Freising autorizó la difusión de los escritos” Dios habla al alma – La omnipotencia de Amor en el sacramento de la penitencia” con las siguientes palabras, en respuesta a la solicitud del párroco, en ese momento, Karl Maria Harrer :”Ciertamente puede publicar estos escritos, que ciertamente están de acuerdo con las enseñanzas de la Iglesia”.

Con respecto al imprimatur que quería tener, “ahora es estrictamente necesario solo para nuevas ediciones o traducciones de la Biblia, para publicaciones litúrgicas o educativas”.

Segundo momento

Es ciertamente significativo que el decano Josef Schneider y el párroco Karl Maria Harrer decidieran, el 1 de noviembre de 1987, dos años después de la muerte de Justine Klotz, integrar la publicación de los 8 archivos “Dios habla al alma”, ya comenzó en 1976 de acuerdo con la Sra. Justine Klotz, imprimiendo un libro adicional, resumen de los principales mensajes enviados a Mystique.

Tercer momento

El Imprimatur para la “Oración del acto de amor”, que fue otorgado, para mi gran alegría, el 29/11/2013 por el Vicariato de Roma.

Un sacerdote en su tesis doctoral “Los signos de un misticismo verdadero y falso” confirmó, entre otras cosas, la fidelidad y obediencia de Justine a la Iglesia. Satisfacer esto siempre ha sido una ayuda y una protección para ella. Las palabras del confesor fueron para ella una sugerencia y una aclaración.

Todos los escritos y oraciones siempre se han distribuido de forma gratuita.